Ver las estrellas

Pararse a contemplar las estrellas es una actividad que ha fascinado al ser humano desde el principio de los tiempos.

Disfrutar al máximo del espectáculo que es contemplar las estrellas requiere, además de un cielo despejado y limpio, estar en un lugar con poca contaminación lumínica y cuanto más alto, mejor. Para saber qué lugares del mundo son los más óptimos para perdernos entre las constelaciones, una buena pista es consultar dónde están instalados los principales observatorios astronómicos del planeta. El desierto de Atacama en Chile, las Islas Canarias o Hawai son sedes de importantes centros de observación espacial. Pero hay más: el Parque Natural de los Glaciares, ubicado en la frontera entre EE.UU. y Canadá, es un lugar muy idóneo por su cielo limpio y su ubicación, lejos de cualquier fuente de contaminación lumínica. En Europa, la Isla de Sark, situada en el canal que separa el Reino Unido de Francia, ha sido nombrada la primera isla del mundo para contemplar las estrellas en su máximo esplendor. Este galardón de la Asociación Internacional de Cielo Oscuro reconoce la escasísima contaminación lumínica que genera la población de 600 habitantes en esta isla.

En este sentido, la Fundación Starlight, creada por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Consultora Corporación 5, que tiene por misión “la defensa del cielo nocturno y el derecho a la luz de las estrellas”, certifica la calidad del cielo estrellado y el compromiso con la protección de este patrimonio natural de destinos turísticos y alojamientos de todo el mundo.

En España existen varios alojamientos especialmente pensados para disfrutar de este espectáculo. Es el caso del hotel Mil Estrelles (Girona), cuyas habitaciones son verdaderas burbujas con la parte superior de cristal. O El Observatoriu (Asturias), una casa rural que cuenta con todo un observatorio astronómico en forma de cúpula en el que observar las constelaciones a través de su potente telescopio.