Las sirenas de la Odisea

Cuenta la leyenda que allá en la época en la que los dioses griegos gobernaban el mundo, las sirenas reinaban en el mar.

Cuenta la leyenda que allá en la época en la que los dioses griegos gobernaban el mundo, las sirenas reinaban en el mar, cerca de la actual Sicilia. Un cuerpo de ave y un rostro de mujer formaban este tipo de ser mitológico, similar a las conocidas ninfas.

Las sirenas poseían una voz celestial que enloquecía a cualquiera que las escuchara. Muchos marineros perecieron en las aguas con tal de escuchar sus seductores cantos. Un solo hombre logró percibir sus entonaciones y no morir en el intento: Ulises, rey de Ítaca y protagonista de La Odisea.

En su camino de vuelta a casa, tras finalizar la guerra de Troya, fue avisado por la diosa Circe de las temeridades que le aguardaban. “Navegaréis cerca del islote de las Sirenas, las que hechizan a todo aquel hombre que se acerque a ellas. Todo aquel que escuche su voz será afectado por la locura y morirá ahogado en las aguas que rodean la isla”.

Con aquella advertencia, Ulises y sus compañeros partieron hacia Ítaca atravesando el Mar Egeo. El rey ordenó cubrir de cera los oídos de todos los tripulantes para salir con vida en el momento de topar con las Sirenas. Él, en cambio, no podía resistirse a la idea de oír sus celestiales cantos, por lo que pidió que le ataran al mástil de pies y manos.

Y así ocurrió. El barco se aproximó a la isla de las Sirenas, y estas comenzaron a cantar “vamos, famoso Ulises, gran honra de los aqueos, ven aquí y haz detener tu nave para que puedas oír nuestra voz. Que nadie ha pasado de largo con su negra nave sin escuchar la dulce voz de nuestras bocas, sino que ha regresado después de gozar con ella y saber más cosas...”. Así seguían tratando de encandilar al rey, ante lo cual comenzaron las suplicas de éste a sus compañeros con el objetivo de ser soltado y reunirse con estos fascinantes seres.

Sus camaradas remaban rápido y llegó el momento glorioso de dejarlas atrás. Habían conseguido ser la primera embarcación en salir con vida del trayecto, y Ulises el primer hombre en oír los cantos sin perder la vida.

El concepto de sirena-pez es post-clásico. Estos seres mitológicos aparecían tallados en monumentos funerarios así como en la proa de los barcos, pues creían que otorgaban buen presagio al trayecto marítimo. Sea como sea, estos bellos seres han formado parte de toda la historia de la humanidad, y quien sabe si fueran más que simples leyendas...